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Entre la teoría y la realidad, existe solo el viento:
Un encuentro en PIER II

Por: Andrea Amador Pérez
7 de noviembre de 2024

El 5 de noviembre del presente año tuvimos el privilegio de entablar un diálogo con el viento. Al principio, la conversación parecía seca, distante; el viaje había sido largo. Tres horas de carretera, cuatro meses de preparativos administrativos y casi dos años y medio de estudio en aulas y pupitres. Matemáticas, literatura aplicada a la ingeniería y modelos computacionales nos guiaron en la búsqueda de satisfacer la creciente demanda energética con los recursos generosos del medio ambiente.

Estudiamos el comportamiento mecánico del viento sobre los sólidos, evaluado la viabilidad económica de una planta eólica y profundizando en el diseño aerodinámico de las alargadas palas que dan forma a estos gigantes. Sin embargo, su existencia aún parecía lejana, casi mítica, limitada al lenguaje de ecuaciones y diagramas.

Fue entonces cuando el parque eólico PIER II de Iberdrola, en Puebla, abrió sus puertas y nos permitió acercarnos a un aerogenerador. Invade una emoción indescriptible el estar parada frente aquellas colosales máquinas de viento. De repente, todos los conceptos vistos en clase se materializaban ante nuestros ojos, como la narración didáctica de un cuento dibujado en el cielo. Un imponente rotor se elevaba a más de 60 metros de altura y tres extremidades metálicas alargadas rotaban con elegancia, trazando patrones invisibles sobre un armónico lienzo de corrientes de viento.

El silbido de la estela que dejaban atrás, resonaba con la delicadeza de un metálico roce atmosférico. Una blanca torre conectaba ese movimiento armónico con la tierra, anclándolo a la realidad que antes parecía tan remota. Aún no sé si fue la emoción o el viento recorriendo nuestro cuerpo, pero incluso ahora, al recordarlo, un escalofrío me recorre de pies a cabeza; alimenta el deseo de querer entender la lengua natal del viento.


Estas estructuras no son solo máquinas; son tratados de equilibrio, símbolos de una tregua
entre el progreso humano y los principios esenciales de la naturaleza.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todo el equipo de Iberdrola por abrirnos las puertas de su ingenio y guiarnos a través de esta inspiradora devoción a la causa que impulsa la transición energética. Su dedicación, paciencia y la pasión con la que enfrentan sus metas y comparten sus ideales son verdaderamente contagiosas y profundamente enriquecedoras. Hoy, más que aprender sobre turbinas y energía, hemos presenciado el compromiso humano que da propósito y sentido a la generación de energía eólica. Gracias por compartir con nosotras y nosotros no solo su conocimiento técnico, sino también su visión y entusiasmo. Nos llevamos no solo aprendizajes valiosos, sino también una renovada esperanza en lo que se puede alcanzar cuando la naturaleza y el esfuerzo humano convergen.

A nombre de mis compañeras y compañeros de la 12va. Generación de la Licenciatura de Ingeniería en Energías Renovables (LIER), quiero agradecer al Dr. Osvaldo Rodríguez por inspirarnos y brindarnos esta experiencia dentro de la clase de Eólica 1 y a todo el equipo de la LIER, quienes trabajan con mucha dedicación y compromiso para que podamos vivir este tipo de experiencias: Dr. Jorge Wong, Lic. Maribel Fernández, Lic. Claudia Ramírez, Ing. Carlos Olvera, Mtro. Alberto Cayeros, Miguel Chávez y Norma Becerril.

                                                                 ¡Gracias por hacer de nuestra visita un recuerdo memorable!

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